Museo Pedagógico-Textil UCM
Colección de indumentarias y telas bordadas: trajes – ceremoniales y de uso popular-, ajuares domésticos, pasamanerías, tejidos, muñecas, etc, elaborados artesanalmente desde el siglo XVI. Es especialmente destacable su colección de encajes. Dispone de una excelente complicación fotográfica sobre el traje y el bordado. Custodia en torno a las 6000 piezas.
Dirección:
Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación. c./ Santísima Trinidad, 37. Universidad Complutense de Madrid
Metro: Alonso Cano y Canal (L-7), Quevedo (L-2), Iglesia (L-1).
EMT: 3, 5, 12, 16.
Horario: Lunes a viernes de 10:00 a 14:00 h.
Precio: Gratuito. Es preciso concertar cita previa.La colección no está expuesta, sólo es accesible a investigadores.
Perfil de usuario: Investigadores.
Materias: Artesanía. Bordados.
Teléfono: 91-394-66-80
Correo electrónico: textimus@rect.ucm.es
Página web: http://www.ucm.es/c.textil
Este Museo cuenta con una amplia colección de más de 6000 piezas, principalmente de arte textil, en las que se engloban indumentaria civil y popular, ajuares domésticos, ajuares rituales y religiosos, encajes, tejidos, bordados, dechados, accesorios y complementos de la indumentaria. A ellos se añaden muñecos con trajes regionales, algunos instrumentos técnicos y una colección de fotografías relacionadas con la indumentaria popular.


Salvo el conjunto de dechados y encajes, que configuran series homogéneas, el resto de los fondos fueron seleccionados como elementos aislados, entendidos como complemento pedagógico o muestras. Esto hace que no se conserven trajes completos, salvo excepciones, sino piezas independientes de traje, valoradas en sí mismas y carentes de contextualización. El fondo más completo y numeroso lo constituyen los encajes. Éstos se pueden englobar en tres series: muestras de trabajo, utilizadas como ejemplo para copia; piezas de ropa y complementos (camisas, pañuelos, guantes, mantillas, etc) realizados íntegramente de encaje o en las que el encaje es lo más destacado y, finalmente, guarniciones, bandas y cenefas destinadas a ser aplicadas sobre vestimenta. Los fondos de la colección de encajes abarcan piezas elaboradas en los siglos XVII a XX.



Los dechados son piezas de tela en las que se combinan muestras de distintos tipos de bordado, realizados en una determinada área geográfica o por un grupo concreto de artesanas. El dechado tiene, por tanto, el valor de un muestrario y su finalidad es básicamente formativa. Aun cuando la pieza no tiene por objeto ser mostrada por sus virtudes estéticas, los bordados que constituyen el dechado están organizadas de forma armónica, confiriendo a la pieza una singularidad y equilibrio artístico notable.


El Museo Pedagógico Textil conserva dechados de las escuelas castellanas, extremeñas, andaluzas y levantinas. La colección incluye numerosos ejemplares del siglo XVIIII, caracterizados por su menor intencionalidad artística en la distribución de los motivos, a pesar de lo cual muchos de ellos incluyen el nombre de la autora; son también habituales los del siglo XIX, éstos con mayor presencia de caracteres alfanuméricos.

Las piezas de indumentaria popular proceden mayoritariamente de territorio peninsular; especial relevancia tienen las de la provincia de Salamanca y Toledo, y en menor medida, las de otros territorios castellanos y andaluces. Se guardan algunas muestras centroeuropeas y pocas, pero muy significativas, de origen oriental.
El ajuar popular se organiza en dos grandes bloques, en función del uso: los domésticos y los de carácter ritual. El primer bloque incluye almohadones, colchas, delanteras de cama, cobertores, paños diversos, manteles y reposteros, para uso y adorno del hogar. Más elaborados y llenos de significado simbólico son los ajuares de carácter ritual, destinados específicamente a formar parte de la dote de la novia: toallas, paños de mano, ropa de cama, y algunas piezas de indumentaria como barberas, mantillas, camisas engalanadas o calzoncillos noviales. A éstos se unen los ajuares utilizados para cristianar (toallas, capas, gorritos, mantillas o envolturas bellamente engalanados para el recién nacido) y los ajuares funerarios (paños de ofrendas o añales, paños de altar o de velas).


Los ornamentos sagrados constituyen un último bloque en esta relación de ajuares rituales: frontales de altar, paños procesionales, roquetes y albas, junto a algunos mantos para vírgenes o tapices, son ejemplo de la serie de textiles religiosos, relativamente parca en comparación con la de uso civil. Los ajuares se completan con algunos cuadros bordados y tapices de bordado erudito, llamado así en contraposición al popular.

El Museo conserva algunos instrumentos técnicos, empleados para la confección de estas artes, y una colección de fotografías de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que recoge testimonio gráfico de la indumentaria popular.

El Museo Pedagógico Textil tiene su origen en la colección del antiguo Museo de Instrucción Primaria, creado por el Ministerio de Fomento mediante Real Orden de 6 de mayo de 1882. La creación de este Museo respondía a un doble criterio promovido desde la Institución Libre de Enseñanza (claro inspirador del nuevo centro), de un lado utilizar el trabajo práctico y manual de los alumnos como un elemento educativo esencial y, de otro, fomentar el interés en conservar las tradiciones populares.
El Museo de Instrucción Primaria pasó, pocos meses después de su creación, a denominarse Museo Pedagógico Nacional, y Manuel Bartolomé Cossío asumió su dirección.
El trabajo de aguja y, especialmente los bordados, se incluyeron en la primitiva colección, junto con diverso material de enseñanza (láminas, planos, mobiliario escolar, muestras de caligrafía) y llegó a convertirse en el fondo más importante del Museo gracias a los donativos de coleccionistas y conocedores del arte popular, como Emilia de Gayangos, Emilia Pardo Bazán, Juan Facundo Riaño o el conde de Valencia de Don Juan. En 1941, tras la Guerra Civil, se constituyó el Instituto “San José de Calasanz” de Pedagogía; se disolvía así el Museo Pedagógico y todos sus bienes se incorporaban al nuevo centro, que se vinculó al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Al constituirse el Instituto de Ciencias de la Educación este centro se hizo cargo de las colecciones del antiguo Museo Pedagógico, que pasaron así a la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Con posterioridad el conjunto de piezas textiles se desgajó del resto de la colección, conformando un fondo propio, que fue trasladado a la Escuela de Biblioteconomía y Documentación en los años noventa. El Museo Pedagógico Textil cuenta con un Estudio e Inventario de sus colecciones, preparado por María de los Ángeles González Mena, y publicado, en 1994, por el Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid.