APRENDER A ACTUAR LA LABOR DEL EMPRENDEDOR<br>
Un libro capaz de contagiar optimismo e ilusión y que nos lleva a conocer y apreciar la labor del emprendedor.
Reseña realizada por Javier Cuervo<br>
Oficina del Emprendedor de<br>Base Tecnológica madri+d
Guy Kawasaki, hawaiano de origen japonés-norteamericano, saltó a la fama en 1984 cuando se convirtió en el responsable de Macintosh. La compañía le contrató como "evangelista", con la idea de promover la imagen de marca colaborando con gente externa a la empresa. Kawasaki fue capaz de crear una legión de entusiastas de Apple en uno de los peores momentos de la historia de la marca. Su legado todavía permanece vivo.
Guy Kawasaki es también uno de los expertos más reconocidos en el área del marketing y ha hecho escuela en lo que a presentaciones en público se refiere. Es el creador de la regla del 10/20/30: 10 diapositivas en 20 minutos y con un tamaño de letra de 30 puntos. Ha hecho discursos memorables para grandes empresas como SC Johnson, Audi o HP. Actualmente, es director ejecutivo de Garage Technology Ventures, una empresa de capital riesgo.
"El arte de empezar" es un destilado del carácter y la biografía de Kawasaki, se percibe la experiencia del autor en todas las áreas de la creación de empresas, si bien, condicionado por su currículo, hace especial hincapié en las Nuevas Empresas de Base Tecnológica ó NEBTs de software y en las empresas de capital riesgo. Cuatro años después de su lanzamiento y tras haberse convertido en un best seller, "The art of the Start" ha sido traducido al español. Kawasaki aporta consejos prácticos, contrastados en el día a día, a jóvenes que estén creando una empresa en el garaje de su casa, intraemprendedores que hacen nuevos proyectos dentro de una gran organización o congregación religiosa. De este modo, no son sólo las personas que están pensando en crear su empresa las destinatarias de este texto, ya que el autor considera "emprender" como una actitud mental, más que como una ocupación en sí misma.
Este libro está escrito desde la óptica de la responsabilidad social corporativa, de hecho su último capítulo se titula "el arte de ser buena persona". Kawasaki llega incluso más allá, planteando que la nueva empresa ha de conseguir hacer del Mundo un lugar mejor y en caso de no lograrlo, anima al emprendedor a desistir en su idea.
En la estructura del libro queda claro que el autor ha hecho un gran esfuerzo por condensar su experiencia y mostrarla de una forma organizada a la vez que clara y amena, de modo que en un primer vistazo queda patente la dispersión de los temas tratados: empezar y posicionarse, cómo hacer una presentación o escribir un plan de negocios, la austeridad, contratar, conseguir capital, asociarse, crear una marca, "hacer llover" (vender) y como ser una buena persona. Para que cosas tan dispares tengan un hilo conductor, estos once capítulos se estructuran en: causa, articulación, puesta en marcha, proliferación y obligación.
El primer capítulo, homónimo del libro, anima a ponerse en marcha y crear algo con sentido, de modo que se elabore un modelo de negocio de largo recorrido que, poco a poco, se irá matizando. El segundo paso para Kawasaki es la articulación del sueño, estructurado ya en el primer capítulo. "El arte de posicionarse" -segundo capítulo- trata las aspiraciones, el nicho de mercado o la elección del nombre de la empresa; así como la forma de llegar a más gente que entienda el mensaje en un contexto dado. El tercero o "El arte de venderse" anima a ir al grano. Propone un ejercicio en el que imaginamos tener sentado sobre nuestro hombro a un hombrecillo mientras hacemos una presentación en público; cada vez que decimos algo, el hombrecillo nos susurrará ¿Y qué?, de modo que lo mejor será responderle "por ejemplo...". El autor introduce también en este tercer capítulo la regla del 10/20/30 que ha lanzado a Guy Kawasaki como uno de los gurús mundiales en las presentaciones en público.
"El arte de escribir un buen plan de negocio" es el cuarto capítulo y, de nuevo, desde un enfoque práctico, nos lleva de más a menos, o como dice el propio autor desde el telescopio al microscopio. Si bien es el primer punto de vista - el telescópico o de largo recorrido - el que el autor recomienda para "empezar cualquier cosa", también anima a concentrarse en el resumen ejecutivo, de modo que sean ideas claras y directas las que se queden en el emprendedor.
La puesta en marcha de la empresa ocupa los tres siguientes capítulos. Comienza por "El arte de salir adelante con tus propios recursos" donde, siguiendo con la línea del libro, los consejos e ideas sencillas pueblan las páginas, sólo por citar algunas: "la probabilidad de que encuentres un inversor es menor a que te fulmine un rayo mientras buceas en una piscina en un día soleado..." "Piensa en el flujo de caja y no en la rentabilidad, para lo cual se recomienda empezar como una empresa de servicios..." "El arte del reclutamiento" trata uno de los puntos críticos de las NEBTs: el del personal cualificado. Kawasaki aconseja reclutar a gente con más talento que uno mismo. Finaliza la parte de la puesta en marcha con un epígrafe de consejos para buscar capital, dónde se muestra la experiencia del autor como gestor de un fondo de inversión.
Tras el epígrafe de "La proliferación" donde salen a relucir tres temas importantes en la consolidación de un proyecto empresarial: asociarse, crear marca y vender; el autor cierra el círculo y vuelve al comienzo del libro con el undécimo y último capítulo "El arte de ser buena persona", este podría ser el prólogo del primer capítulo, en el cual se invita al emprendedor a crear algo con sentido y que haga del mundo un lugar mejor.
A través de ejemplos y situaciones reales consigue una lectura agradable y enriquecedora. Además, al final de cada capítulo aparecen una serie de preguntas comprometidas sobre asuntos que pudieran no haber sido tratados con la suficiente profundidad en el mismo, preguntas que son respondidas con franqueza y naturalidad.
Es, en resumen, un libro que no sirve para aprender en sí, sino más bien para aprender a actuar. El autor logra contagiar su optimismo e ilusión y nos lleva a conocer y apreciar la labor del emprendedor.