Las estrellas se juntan alrededor de la tierra Como ranas en torno a una charca A discutir el vuelo de Gagarin. Ahora sí que la sacamos bien: ¡Un comunista ruso Dando de volteretas en el cielo! Las estrellas están muertas de rabia Entretanto Yuri Gagarin Amo y señor del sistema solar Se entretiene tirándoles la cola.
Juan tenía un diamante que valía, y, por querer saber lo que tenía, la química estudió, y ebrio, anhelante, analizó el diamante.
Mas ¡oh, qué horror!... Aquella joya bella, lágrima, al parecer, de alguna estrella, halló, con rabia y con profundo encono, que era sólo un poquito de carbono.
Si quieres ser feliz como me dices, no analices, muchacho, no analices...
Algebrista te volviste refinado hasta la esencia oligarca de la ciencia matemático bacán. Hoy mirás a los que sudan en las otras disciplinas como dama a pobres minas que laburan por el pan.
¿Te acordás que en otros tiempos sin mayores pretensiones mendigabas soluciones a una mísera ecuación? Hoy la vas de riguroso revisás los postulados y junás por todos lados la más vil definición.
VII Las cosas que miramos se vuelven hacia atrás en el instante que nosotros pasamos, y conforme va el tren hacia adelante, parece que desandan lo que andamos; y a sus puestos volviéndose, huyen y huyen en raudo movimiento los postes del telégrafo clavados en fila a los costados del camino, y como gota a gota, fluyen, fluyen, uno, dos, tres y cuatro, veinte y ciento, y formando confuso y ceniciento el humo con la luz un remolino, no distinguen los ojos deslumbrados si aquello es sueño, tromba o torbellino.
El hombre amoratado en la camilla con los ojos velados como un pez en la plaza. Las fibras sueltas que el Doctor Tulp levanta indiferente y la piel retirada como si fuera un guante. Mi padre conducía, llegamos hasta Holanda, con sus canales y sus girasoles, el mercado del queso aquel domingo, la lencería azul de la mujer en el escaparate.
Mi padre nos mostraba el Rijksmuseum, daba clases de historia y los originales no enseñaban nada que no estuviese ya en los libros. No se habló de la muerte, nos fuimos a comer.
Niña, me postro a tus pies para pintar la pasión que abrasa mi corazón como dos y una son tres. Escucha mi amor vehemente, pues des que te he conocido continuamente ha crecido en progresión ascendente. Que me quieras solicito y ésta no mires esquiva: si es mi beldad negativa mi cariño es infinito. Multiplicamini, etcétera, dijo Dios al padre Adán, y yo quiero ese refrán seguir al pie de la letra.