El artículo, publicado en ‘Science’, sugiere que el secuestro de carbono no compensaría las emisiones procedentes de los combustibles fósiles
Un estudio en el que ha participado el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat de València y la Generalitat Valenciana, cuestiona el potencial de las plantaciones masivas de árboles para mitigar el cambio climático. El trabajo, publicado en el último número de la revista Science, demuestra que plantar árboles en lugares no apropiados puede destruir ecosistemas, incrementar la intensidad de los incendios forestales y exacerbar el calentamiento global.
El estudio, elaborado por un equipo internacional de cerca de 50 científicos, pide “máxima prudencia” a la hora de sopesar la plantación masiva de árboles como solución al cambio climático. “Una plantación masiva de árboles en pastizales y sabanas, aparte de los problemas para la biodiversidad, generaría unos paisajes muy homogéneos e inflamables que tarde o temprano acabarían siendo pasto de grandes incendios”, indica el investigador del CSIC Juli Pausas, uno de los autores del estudio.
Según el coordinador de la investigación, Joseph Veldman, de la Universidad de Texas A&M, “plantar árboles puede ser una buena opción en algunas áreas deforestadas, pero plantarlos en pastizales naturales impactaría negativamente en el hábitat de las plantas y los animales nativos; además, el secuestro de carbono no sería suficiente como para compensar las emisiones de combustibles fósiles”.
El artículo responde a una publicación reciente, también en Science, liderada por Jean-Francois Bastin y Thomas Crowther, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (Suiza) y financiada por la fundación holandesa DOB Ecology, la organización Plant-for-the-Planet y el Ministerio para la Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.
“En esta publicación se mencionaba que, a nivel global, una plantación masiva de árboles podría capturar 205 gigatones de carbono, que es el equivalente a una tercera parte del dióxido de carbono emitido desde la Revolución Industrial. Pero la realidad es que el potencial de las plantaciones en mitigar el cambio climático es cinco veces menor”, destaca Veldman.
Según los investigadores, el estudio del equipo suizo también omitió el hecho de que los bosques de coníferas en regiones boreales y de alta montaña absorben más energía solar y emiten más calor que áreas sin árboles y, por lo tanto, exacerban el calentamiento global en lugar de mitigarlo.
“Estamos preocupados por estos cálculos totalmente erróneos sobre la plantación masiva de árboles, ya que no son la mejor solución al cambio climático y no se concentran en conservar ecosistemas naturales y reducir el consumo de combustibles fósiles”, precisa Veldman.
Vicky Temperton, de la Universidad de Leuphana (Alemania), también coautora del artículo, añade: “La restauración ecológica podría contribuir en gran manera a la solución de problemas ambientales, siempre y cuando se restauren no sólo bosques, sino también otros ecosistemas tales como pastizales, sabanas, matorrales y turberas”.