Fecha
Autor
Nuño Domínguez

“Google y Amazon nos hacen esclavos sin haber ganado una guerra”

El veterano director del Centro de Supercomputación de Barcelona alerta de la dependencia tecnológica de Europa frente a EE UU y China

El superordenador más potente de España y quinto de Europa tiene un simbolismo único en el mundo. Su sede, la Torre Girona, en Barcelona, fue la mansión de veraneo de un banquero y exalcalde de la ciudad en el siglo XIX. En el XX pasó a ser un colegio de monjas. En la actualidad el palacio es propiedad de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Aunque su antigua capilla sigue conservando vidrieras, cruces y arcos neogóticos ya no es un templo religioso, sino científico.

El ordenador MareNostrum IV ocupa toda la nave del antiguo templo. La máquina está rodeada por una vitrina de cristal que amortigua su zumbido constante. Grandes tuberías rojas y azules conducen el agua que sirve para refrigerar este coloso capaz de hacer más de 12.000 billones de cálculos por segundo. Este computador atesora el mayor mapa tridimensional que existe de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Es capaz de crear una simulación de la Tierra al completo, reproducir su clima, su evolución, incluso modelar sociedades complejas y analizar sus posibles futuros en función del cambio climático, las epidemias, las guerras o los pactos internacionales capaces de frenar esas catástrofes. Una de sus últimas utilidades es leer los miles de millones de letras del genoma de una persona y recomendar un tratamiento específico para su enfermedad.

El padre intelectual de esta máquina es el hijo de dos agricultores de Aragón que tuvieron que dejar el colegio para trabajar el campo. Mateo Valero (Alfamén, Zaragoza, 1952) despuntó en matemáticas desde niño. Le mandaron a estudiar a Zaragoza y después se hizo ingeniero de telecomunicaciones. En los ochenta comenzó a enseñar arquitectura de computadores, una disciplina en auge, en la Politécnica de Cataluña. Desde entonces, dice con tono mafioso, ha creado una “familia” europea con más de 1.000 doctores de esta disciplina cuyos tentáculos llegan "a todas partes”.

En 2004 el Gobierno de José María Aznar (PP), la Generalitat de Pasqual Maragall (PSOE) y la UPC formaron un consorcio para construir el Barcelona Supercomputing Center o Centro Nacional de Supercomputación, centrado en el MareNostrum I, “la máquina más potente del mundo situada en un centro público”, según explicó entonces el propio Valero, director del centro desde su creación.

Había que buscar un sitio para el ordenador lo más rápido posible para conseguir pasar el test que selecciona los ordenadores más rápidos del mundo. La vieja capilla de la Torre Girona, desacralizada por Franco poco antes de morir en 1975, se había convertido en un trastero lleno de muebles viejos, el sitio perfecto para meter el superordenador. Desde entonces ha albergado cuatro versiones del MareNostrum. La quinta empezará a funcionar en diciembre de 2020 y será hasta 20 veces más potente que la actual. Pero Valero está pensando ya en la sexta, la primera que puede conseguir que Europa se libere del yugo tecnológico de EE UU y Asia.

“Ninguno de los supercomputadores que existen en el mundo tiene hardware europeo”, explica Valero en esta entrevista. “Dentro de ese hardware, lo fundamental son los procesadores que manejan la información y ejecutan las operaciones. Esos procesadores los hacen básicamente EE UU, Japón y China. Si analizas un chip de esos tiene 21.000 millones de transistores en ocho centímetros cuadrados. Ahí se ponen puertas laterales y aparatos de espionaje, está demostrado, nos espían también a este nivel”, asegura Valero. El BSC acaba de lanzar un proyecto para desarrollar chips hechos en Europa. “Ya tenemos uno pequeño para Internet de las cosas y el siguiente paso es crear otro para supercomputación y servidores. Este es el gran proyecto del BSC y nuestro gran reto”, resalta.

Pregunta. Usted dice que la ética es uno de los principales retos que afronta la tecnología actual.

Respuesta. Donde más errores se están cometiendo es en el uso de nuestros datos. No hay derecho de que para poder acceder a Internet te puedan seguir, sepan todo de ti. Esa recopilación de datos que tú no sabes que tienen para usarlos en cosas que tú ignoras es totalmente contraria a la ética. Lo que hacen Google o Amazon debería ser ilegal. Nos están haciendo esclavos sin haber ganado una guerra. Nos fuerzan a ser esclavos porque si quieres vivir en esta sociedad tienes que tener un móvil, te conectarás y te pillarán. Las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) son terriblemente malas para la sociedad.

P. ¿Hay alguna forma de evitarlo?

R. Hace falta un acuerdo global, pero basta que China y EE UU digan que no para que no sirva para nada. A pesar de ello, Europa debería hacer sus propios Google y Amazon éticos.

P. ¿Sería eso posible sin un uso comercial de los datos?

R. En el BSC usamos cinco petabytes con genomas de personas y no sabemos quiénes son. No necesitamos saberlo para extraer información y conocimiento científico y médico de ellos. No hace falta invadir la privacidad, la información personal.

P. En octubre Google aseguró haber construido un computador cuántico capaz de resolver un problema más rápido que cualquier ordenador convencional. ¿Los superordenadores tienen los días contados por la soberanía cuántica?

R. No. Nadie en el mundo ha prometido tener computadores cuánticos que sustituyan a los ordenadores o a los móviles actuales. Lo que sí se está intentando es desarrollarlos para resolver un problema particular, por ejemplo de optimización de rutas entre miles o millones de puntos o para descifrar códigos. Pero en el futuro los ordenadores cuánticos se usarán para hacer muy pocas cosas. Hay una guerra comercial. Claro que Google, Microsoft e IBM son buenos, pero se están peleando para no perder presencia en los medios. En este momento la guerra cuántica es más mediática que tecnológica. A nivel de cálculo, los computadores cuánticos están haciendo tonterías.

P. ¿Qué nuevas preguntas se podrán responder con el MareNostrum V?

R. Vamos a poder almacenar muchos más datos y hacer muchas más operaciones. Por ejemplo, hay modelos físicos cuyos resultados son parciales porque no hay suficiente potencia de cálculo. Gracias a esta máquina podremos añadir más componentes a las fórmulas que complican el número de operaciones para simular mejor el comportamiento de la atmósfera y la Tierra. Otro ejemplo. Repsol utiliza el MareNostrum IV para buscar petróleo en entornos poco accesibles como el fondo del golfo de México. Ahora encuentra crudo en uno de cada cinco sitios que perfora, y cada pozo cuesta unos 100 millones de euros. Con un computador más potente puedes hacer los cálculos más fiables.

P. Se acaba de saber que en 2018 la inversión en I+D de España subió un 6% empujada por las empresas, pero los fondos estatales están congelados.

R. En España dedicamos el 1,2% del PIB a investigación. EE UU, el 2,8%. Finlandia llegó a aportar el 3,7%. En España necesitamos un mínimo de recursos. China lo ha demostrado. Ha aumentado la inversión y se ha puesto líder en el desarrollo del 5G. Los políticos en los debates apenas hablaron de educación y ciencia, que son las dos cosas más importantes para un país. La educación es lo primero, lo más importante para que un país sea libre y tenga igualdad de oportunidades. Yo soy producto de ello, salí del gueto. Hay que garantizar esto.

P. En España las empresas contribuyen el 56% de toda la inversión en I+D, bastante menos que la media Europea, del 66% ¿Por qué?

R. Hay muchas empresas que no tienen una base tecnológica fuerte. Han triunfado por otras cosas, como dominar el BOE. Pero las empresas que hacen innovación, cosas de frontera, ganan dinero. El BSC es fruto de la colaboración entre el Gobierno de España, el de Cataluña y la UPC. Es un punto de encuentro de las ideas y las empresas, y funciona. Por cada euro que nos dan estas tres entidades traemos otros 20 de fondos competitivos y de empresas.

P. ¿Qué le parece la posibilidad de que se separen ciencia y universidades en el próximo Gobierno de PSOE Y Podemos?

R. Es un error. En la universidad se hace mucha ciencia. Por ejemplo, la UPC tiene tres centros de excelencia Severo Ochoa. Es cierto que la universidad tiene una endogamia vergonzosa, pero en la universidad se hace muy buena ciencia y se compite con otros centros que tienen mucho más presupuesto por alumno.

P. ¿Ha afectado el procés al BSC?

R. Somos un caso muy raro. Siempre hemos tenido una ayuda tremenda de todos los Gobiernos y partidos. El BSC se creó para tener una plantilla de 70 personas y ahora ya somos casi 700. Este es uno de los pocos temas en los que están de acuerdo el Gobierno de España y la Generalitat. Es un modelo de convivencia. El BSC es el centro de investigación más importante en el que los Gobiernos de España y Cataluña llevan colaborando desde 1984.

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