Ha obtenido por primera vez esta clasificación tras mejorar un 13,7% su rendimiento
La Comunidad de Madrid se sitúa entre las regiones más innovadoras de Europa. Así lo refleja la última edición del cuadro de indicadores de innovación regional RIS (Regional Innovation Scorecard), que acaba de publicar la Comisión Europea, y donde se recoge un análisis comparado del funcionamiento de los sistemas de innovación en 240 regiones de 22 Estados miembros de la UE, así como en otros ocho países del continente.
En concreto, el estudio mide el desempeño de estos sistemas analizando 27 indicadores correspondientes a diez dimensiones de la innovación y a cuatro tipos de actividades: las condiciones marco, las inversiones en I+D e innovación, las actividades y el impacto de la innovación. Con esta información, clasifica a las regiones en cuatro grupos de rendimiento: líderes en innovación, innovadores fuertes, Innovadores moderados e innovadores emergentes (67 regiones).
En este sentido, la Comunidad de Madrid ha entrado por primera vez en el grupo de regiones de fuerte innovación, donde hasta ahora solo estaba el País Vasco entre las regiones españolas. A nivel nacional, diez regiones se sitúan en el grupo de innovadores moderados, mientras que las otras siete se encuentran por debajo de ese nivel. La Comunidad de Madrid ha mejorado su rendimiento un 13,7%.
Según el análisis de este estudio en su décima edición, la Comunidad de Madrid destaca a nivel europeo por el número de especialistas en tecnologías de las comunicaciones, por el número de empleados en actividades intensivas en conocimiento y por las co-publicaciones científicas internacionales y público-privadas; así como por las solicitudes de registro y las habilidades digitales. Además, el informe revela que Madrid es una de las regiones españolas con más gasto en I+D, tanto empresarial como por parte de la administración.
A nivel europeo, el rendimiento de la innovación aumentó un 8,9% desde 2012. Este incremento ha sido más fuerte en relación con la facilidad de los entornos de innovación, con las inversiones de las empresas, los recursos humanos y la calidad internacional de sus sistemas. Las inversiones de capital de riesgo también han aumentado significativamente. Por el contrario, el gasto público europeo en I+D como porcentaje del PIB se mantiene por debajo de su nivel de 2012.