• Del conocimiento

    La poesía es una forma del conocimiento,
    es un temblor, un canto, más una pesadumbre.
    La poesía es también una costumbre
    y un hondo y largo y arduo y vasto sufrimiento.

    La poesía no es un arma de futuro
    y tampoco un camino a la melancolía;
    y no es sumisa al pan de cada día,
    ni a la orden de un tirano y su poder oscuro.

    Puede ser todo, todo: aire que te arrebata,
    y fuego que te abrasa, tierra que no te oprime
    y agua para la sed; mas nunca trueque o plata.

  • Retórica

             1

    Cantan los pájaros, cantan
    sin saber lo que cantan:
    todo su entendimiento es su garganta. 

             2

    La forma que se ajusta al movimiento
    no es prisión sino piel del pensamiento. 

             3

    La claridad del cristal transparente
    no es claridad para mí suficiente:
    el agua clara es el agua corriente.

  • Neohumanismo

    Insuficientemente dotados
    para cosmonautas 
                               elegimos el duro
    tobogán de las humanidades
    saber el mal de cada siglo, a veces
    emborrachamos en honor de Amenofis,
    y otras del desangelado 
                                        &nb

  • No sé...

    No sé si el faro incendia aún las horas
    del triste odiar la Trigonometría,
    si en tus zapatos duerme todavía la arena de las playas
    salvadoras.

    Si en las algas y espumas rodadoras
    trina el Latín con la Fisiología,
    si el alto lavadero en que te urgía
    el placer solitario, rememoras.

    No sé si vas despierto o vas dormido,
    en pecado mortal sobrecogido,
    a comulgar sin fe cada mañana.


    No sé, no sé...

  • Amor y física

    Voy a contarte por física,
    sirena de mis ensueños,
    de amor el calor latente
    que está quemándose el pecho.
    Era una tarde que cúmulos
    cruzaban el calmo cielo,
    y ya el rocío las plantas
    iba de plata cubriendo,
    cuando tu imagen divina
    transmitió el éter al nervio
    óptico
    y de aquel instante
    no soy miope, soy ciego.

  • La tabla de multiplicar

    2 × 2 son 4,
    2 × 3 son 6,
    ¡ay que corta vida
    la que nos hacéis!

    3 × 3 son 9,
    2 × 5 10,
    ¿volverá a la rueda
    la que fue niñez?

    6 × 3 18,
    10 × 10 son 100.
    ¡Dios! ¡No dura nada
    nuestro pobre bien!

    Infinito y cero,
    ¡la fuente y el mar!
    ¡Cantemos la tabla
    de multiplicar!

  • Versos para recordar las cifras de PI

    Soy PI, lema y razón ingeniosa
    de hombre sabio, que serie preciosa
    valorando enunció magistral.

    Con mi ley singular bien medido
    el Grande Orbe, por fin, reducido
    fue al sistema ordinario usual.

    Arquímedes, en ciencias preciado
    crea p, monumento afamado,
    y aunque intérmina dio valuación,

    periferia del círculo supo,
    duplicando geométrico grupo,
    resolver y apreciarle extensión.

  • El primer coro de la roca

    Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
    el cazador y la jauría cumplen su círculo.
    ¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
    ¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
    ¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
    El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
    infinita invención, experimento infinito,
    trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
    conocimiento del habla, pero no del silencio;
    conocimiento de las palabras e ignorancia de la palabra.

  • Violín

    Ese árbol
    tiene un violín adentro

    No fue tallado aún pero está adentro

    Espera el día de la resurrección
    árbol adentro

    Dijo el señor Stradivarius:

    Tengo que rescatar a ese violín
    tengo que quitarle la corteza que lo aprisiona
    y verlo respirar al aire libre

    Tengo que oírlo cantar para mí

    Ese violín
    tiene un árbol adentro
    tiene flores que escuchan la música callada

    Tiene pájaros

  • Escorial ii

    En vez de soñar, contar.


    La fachada del oeste tiene
    seiscientas doce ventanas.

    Por la primavera van
    en su cielo, hacia el domingo
    una, dos, tres, cuatro, cinco
    nubes blancas.

    Yo te quiero a tí, y a tí y a tí.
    A tres os quiero yo.

    A las doce el tiempo da
    doce campanadas.

    Y ya no podrá escapárseme
    en las volandas del sueño
    la mañana. Haré la raya
    para ir sumando seiscientas
    doce, más cinco, más tres,
    más doce.